Futsal Mazarrón no es solo un club, es una familia que respira fútbol sala. Nacimos en mayo de 2024 con un objetivo claro: devolver a Mazarrón la ilusión por este deporte y ofrecer un espacio donde cualquier persona, desde los más pequeños hasta los más veteranos, pueda crecer, aprender y disfrutar.
En nuestra primera temporada conseguimos mucho más que títulos: creamos un sentimiento, una manera de vivir el futsal. Hoy seguimos trabajando para que cada entrenamiento, cada partido y cada experiencia en el club sea algo que deje huella. Porque aquí, en el Futsal Mazarrón, cada gol, cada ovación y cada aplauso son parte de una historia que estamos escribiendo juntos.
Todo comenzó en mayo de 2024, con un grupo de personas que compartían la misma pasión: el fútbol sala. No teníamos grandes recursos, pero sí una enorme ilusión. En apenas unas semanas, logramos poner en marcha un proyecto que hoy ya forma parte del corazón deportivo de Mazarrón.
Para nosotros, el fútbol sala no se mide solo en victorias y derrotas. Es esfuerzo, respeto, compañerismo y compromiso. Queremos formar jugadores y personas, que aprendan a competir con deportividad y a disfrutar de cada momento en la pista.
En Futsal Mazarrón hay sitio para todos: desde los prebenjamines que dan sus primeros toques al balón, hasta el sénior que representa al club en lo más alto. Somos un lugar donde cada jugador encuentra su equipo y cada familia encuentra su afición.
En nuestro primer año, el primer equipo no solo ganó la liga regular y el playoff, sino que lo hizo siendo el más goleador y el menos goleado. Pero más allá de los números, nuestro mayor logro fue ver cómo todo el pueblo se unía para animar y celebrar juntos.
Este es solo el principio. Queremos seguir creciendo, ampliar categorías, mejorar medios e infraestructuras y convertirnos en un referente del fútbol sala regional. Cada temporada nos marcamos nuevos retos… y siempre vamos a por ellos.
Si algo nos diferencia es nuestra gente. La pasión de la grada, el apoyo en los momentos difíciles y la fiesta en las victorias nos recuerdan que no jugamos solos. Ellos son nuestra fuerza y la razón por la que damos todo en la pista.